El primer objetivo es proteger y embellecer. Pero antes debemos de analizar el estado actual y los detalles para planificar el proceso.
Una vez que sabemos esos puntos débiles debemos retirar antiguos repintes con decapante (en frio) y con pistola de color. Para las zonas difíciles aplicamos chorreo de sílice, ayudándonos con maquinas portátil.
Cuando lo tenemos limpia debemos cerrar poros, reparar zonas de óxido y reconstruir de nuevo. Para afianzar con metal nuevo debemos suministrar material construido de soporte.
Debemos aplicar imprimación que aisle y retenga un posible foco de oxidación, el acabado con protección de los rayos ultravioleta para que no pierda fuera con los colores más vivos. Hoy en día los fabricantes nos proporcionan mantenimientos sin necesidad de repintar además los colores son hidrofugantes y no es necesario aplicarlo por un profesional.
